Jueves
El día siguiente no fue muy distinto. Esta vez no fueron los gritos de mis vecinos ni los ladridos de los perros los que no me dejaron dormir, sino mis padres en su habitación llorando. Mati se había ido a dormir conmigo porque tenía miedo de que alguien entre a casa de nuevo. Cuando me desperté eran alrededor de las 12pm, me sorprendió el hecho de que nadie me haya despertado antes. Incluso Mati estaba dormido como oso hibernando. Me levanté para ver qué ocurría en casa que estaba todo tan callado. Me asomé a la pieza de mis papás y no estaba ninguno de los dos. Empecé a gritar "¡Mamá!, ¡Papá!" ¿Hay alguien en casa?". Pero no respondían. Como a los 20 o 30 minutos escucho que suena el teléfono en la cocina y corro a atender antes de que cuelguen. Y cuando estoy a punto de levantar el teléfono escucho a mi mamá gritando desde el patio: "¡No atiendas! Es para mí". Corrió hasta la cocina como nunca antes la había visto correr, se notaba que estaba nerviosa y pr...